jueves, noviembre 27, 2008

Lamentablemente sí es el mismo dolor de los últimos años...pero este duele distinto

Hace mucho que no sentía la tristeza y frustración que sentí el martes 26 de noviembre a las 9.55 p.m. Y es que sí, puedo reconocer que hay muchas cosas mucho más trascendentes que si la U logra alcanzar el séptimo lugar del clausura, cosas más trascendentes como la crisis financiera mundial y el impacto en los menos favorecidos, la corupción estructural de nuestra sociedad, los niveles cada vez más paupérrimos de la educación peruana o la tristeza de que Andrea, con solo 3 años de edad, nos haya tenido que dejar por un cáncer incurable. No hay duda que todo eso, y muchos etcéteras más, son realmente trascendentes en comparación a la intrascendencia de si la U logra ese séptimo lugar que le concedería el derecho de disputar el título nacional a fin de año...pero lamentablemente no puedo despojarme de la frustración y tristeza real que siento, que esa "intrascendencia" me genera hoy. Y coloco la palabra entre comillas porque si bien reconozco la instrascendencia del tema en comparación a los antes mencionados, el hecho que la U no logre el objetivo del séptimo lugar es trascendente para mi a un nivel muy elemental, ahí donde se juegan los más profundos sentimientos. Ese lugar donde ha vivido la Crema de mi vida desde que tengo capacidad de sentir. Y es por esa trascendencia tan personal que me tomo la libertad de escribir las líneas que siguen para tratar de entender mi propia tristeza.

Es que no logro responderme cómo es que un equipo (exactamente las mismas personas) que hace 5 meses hizo delirar a la mitad mas uno del país logrando ese título ansiado (que por 6 años se no escapó de diversas formas), que además lo logró 4 fechas antes de que terminara el apertura y siendo el equipo más sólido del campeonato, ¿cómo es que ese mismo equipo no logra subir del noveno lugar del campeonato a solo 4 fechas del final? Porque aceptémoslo, el objetivo de estar entre los siete primeros del clausura, que como bien dice Kamchakta parecía un paseo por el parque a principios de agosto, hoy, a solo días de que llegue diciembre, cada vez más tiene forma de utopía. Y no entender como es que la situación descrita es posible, me genera un alto nivel de frustración y de tristeza. Porque a diferencia de lo que Kamchakta señala, para mi este dolor es distinto que el de los últimos 6 años.

Sí, puede verse como "más de lo mismo", si pensamos en las campañas de la U desde el clausura del 2002 hasta fines del año pasado, pero este es un dolor distinto por lo que la U alcanzaó en julio de este año...porque lo del apertura no fue suerte, no fueron regalos arbitrales, ni se debío a caídas estrepitosas de los competidores. No damas y caballeros, lo del apertura fue real: con un Fernandez de respuestas felinas y atajadas salva partidos; una línea de tres teniendo al Negro Galván y al Coco Araujo como los defensas más sólidos del campeonato; con un Miguel Torres incansable tanto en la defensa como en el ataque (este jugador que empezando el año me hizo soltar frases de interrogante y que partido a partido se convirtió en indiscutible en mi alineación dominguera); con un Toñito Gonsalez recuperado para el fútbol como el mejor recuprador del medio (en la humilde opinión de este servidor que reconoce, por si acaso, que Hinostroza y Pérez de la San martían son excelentes) haciendo una dupla impasable junto a Rainer "el motor" Torres; con un Donny Neyra inspirado y ubicado en la mejor posición que le acomoda; con un Héctor Hurtado metiendo el 40% de las opciones que se le presentaban (aceptémoslo, si Hurtado anotara más del 70%, mínimo estaría jugando en Argentina); y con un Goyo Bernales, como el cambio perfecto, ese que al entrar no sólo lo hacía como candado para cerrar partidos, sino para oxigenar el ataque.

Y sí Kamchakta, la U del apertura 2008, no fue la U del tricampeonato del 2000 ni la U del bicampeonato de 1993, pero era una U sólida que para el campeonato del fútbol peruano era lo más a lo que podíamos aspirar y lo mejor del medio...no era una U que goleaba a los rivales que se le pararon en frente, pero sí fue una U que se paraba en la cancha de manera ordenada tácticamente, fue una U con explosiones de encanto y fue una U que supo apretar los dientes cuando fue necesario, con esa Garra que hace mucho tiempo no veía de manera constante en un equipo Crema. Por esa razón, el dolor es distinto, porque no logro entender ¿qué sucedió?

La respuesta más recurrente que he escuchado es "Gareca se equivocó mucho". Coincido, porque en el clausura el Tigre se equivocó en varias cosas: no debió invertir en 4 mediocampistas para el clausura, cuando lo que necesitabamos a gritos era un 9; debió buscar la forma de recuparar a Candelo para el equipo, en vez de mantenerlo alejado la mayor parte del clausura; debió buscar alternativas para un Hurtado que pasó de convertir el 40% de posibilidades a sólo un 5% y un Malingas que se mantuvo constante como un delantero improductivo. Entonces sí, Gareca se equivocó...pero, he seguido a la U en cada partido y no se le puede achacar al directo técnico la responsabilidad de las cosas que me han tocado ver. ¿Cómo es que Gareca es responsable de la cantidad de goles que se fallaron el martes o en por lo menos otros 4 partidos? ¿Cómo es Gareca responsable de que en por lo menos 4 partidos a la le hagan llegado máximo 3 veces y hayamos terminado con 2 goles encajados? ¿Cómo es Gareca responsable de que en un partido en el que sufrimos 87 minutos (con el Minero en Lima por si acaso) para meter un gol, en el minuto 91 el Coco Araujo le metiera un puñetazo descomunal a un jugador rival en el área, nos cobren penal y nos empaten? De eso no tiene la culpa el entrenador.

Entonces me sigo preguntando ¿qué sucedió? y el que no encuentre respuesta alguna hace que la frustración y la tristeza perdure. ¿Todavía es posible quedar entre los siete primeros, llegar a final del año y levantar el título nacional ante la San Martín? Pues sí, las matemáticas dicen que sí...pero la realidad que me ha tocado seguir en estos últimos 4 meses me dice que a menos que se logre una transformación radical en el espíritu del equipo (que me imagino debe estar por el subsuelo, porque también hay que reconocer que en pocos partidos el equipo no se entregó) que permita recuperar a aquellos que describí lineas arriba, pues el milagro no se va a dar y esta frustración y tristeza que siento me acompañará por varios meses más.

Termino exhortando a algunas personas en concreto a que se reencuentren con las personas que fueron en el apertura (en la cancha por lo menos) y que en estas últimas 4 fechas me ayuden a creer en esos milagros que desde chico la U me regaló...le pido a Gareca que encuentre a ese líder fuera de la cancha que logró recuperar a Toñito y a Neyra pata el fútbol, le pido al Negro que se reencuentre con ese líder en la cancha que nunca dejó de empujar y levantar el ánimo a los compañeros, le pido al Motor que ponga en juego toda su experiencia y tranquilidad para que le permita a Toñito a dedicarse a recuperar sin desesperarse, le pido a Neyra que vuelva a entender que su juego simple, con pase preciso y remate permanente al arco es lo que la U necesita...y le pido a esa mitad mas uno del país, que tiene todo el derecho a no creer, pues siga alentando en el estadio o en sus casas. Soy iluso? ingenuo? algo estúpido? puede ser, pero algo que nunca voy a dejar de ser es ese hincha que le canta a la U (como dice la canción) "cuando entras en la grama y veo tu filigrana, yo siento aqui en el alma cuan gramde es mi emoción...igual que un muchachito me paro, salto y grito, me río y hasta lloro celebrando tu gol...".

Hasta la próxima...

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